Si hay algo negativo en la adaptación a las interfaces táctiles es que estas carecen de una respuesta “táctil” que nos informe específicamente de qué estamos haciendo. No hablo de la vibración háptica presente en las pantallas resistivas, ni del “golpecito” al escribir en un teclado virtual, sino de respuestas que se asocien con todo tipo de acciones, y transmitan, por ejemplo, el movimiento.
Ya se está intentando implementar sistemas de este tipo en paneles táctiles, utilizando distintas formas de tecnología, como campos electrostáticos, que añadirían sensación de “rugosidad” creando texturas en la superficie de la pantalla, o fluidos magnéticos debajo del panel, que conseguirían poner un relieve sobre los teclados en pantalla, pero estos sistemas parecen haber pasado a un estado durmiente, o no avanzar lo suficientemente rápido.
NEC ha elegido otra aproximación para enfrentarse a este reto; La compañía japonesa y el Instituto de Tecnología de Tokyo buscaban algo más sencillo para implementar respuestas sensoriales a la interacción con pantallas táctiles, y en lugar de crear un complicado sistema como los ya mencionados, han optado por enganchar un delgadísimo alambre a cada esquina del display. ¿Qué consiguen con esto? cuando se aplica presión en la pantalla, el dispositivo de respuesta tensa uno o más alambres en función de la dirección de la pulsación, de modo que esta se desplaza físicamente (aunque muy ligeramente) creando una respuesta identificable que por ejemplo nos permita localizar un objeto en pantalla, o reaccione cuando algo en la imagen colisiona con “los bordes”, logrando una mayor precisión que la simple vibración a la que estamos acostumbrados. DigInfo ha publicado un vídeo mostrando la tecnología en acción, donde sus creadores explican su funcionamiento en términos bastante sencillos, que ayudan a comprender mejor el funcionamiento del panel con varios ejemplos prácticos, como el de una “pelota” localizada en el centro sobre la que chocan muchos objetos, pudiendo determinar la dirección de la que proviene cada uno tan solo con mantener nuestro dedo en la superficie de la pantalla.
El sistema, interesante como pocos que se han mostrado hasta el momento, está en una fase de desarrollo relativamente temprana, y el prototipo actual es extremadamente grande y aparatoso, demasiado como para que en este momento se pueda considerar su uso en dispositivos móviles como Tablets o Smartphones, aunque sería un sistema muy interesante para ordenadores personales de sobremesa, “todo-en-uno” táctiles, o incluso sistemas de navegación. Otro detalle a destacar es que parece realmente ruidoso (en perspectiva) y parece necesitar sensores ópticos en el marco del dispositivo, de modo que no se podría implementar en pantallas sin borde, o con el cristal por encima de este.
Aquí os dejamos un vídeo de cómo funciona el nuevo sistema.
Fuente: Gizmologia