Smart TV es una denominación que las compañías de televisores han dado a sus modelos conectados y más avanzados. En ellos, además de posibilidad de reproducir contenido desde diferentes fuentes, coincide una conexión a Internet que puede ser vía WiFi y la posibilidad de instalar o usar aplicaciones diseñadas específicamente para un televisor.
Esos televisores Smart TV también facilitan la comunicación, el acceso a las redes sociales y suelen integrar un buscador para localizar contenido entre las múltiples fuentes de las que disponen. En los modelos de 2012 se está introduciendo también el control por voz y gestos.
Todas las marcas actuales que poseen televisores en el mercado ofrecen modelos que podemos considerar como Smart TV, aunque la interoperabilidad de sus aplicaciones y servicios no está para nada conseguida.
¿Qué necesito para convertir el mío en uno?
Pues desde más o menos 2010, los televisores que venden la mayoría de marcas ya se pueden considerar como verdaderos Smart TV, aunque no suelen ser modelos compatibles con las mejoras que llegan desde 2011.
Si no queremos adquirir un nuevo televisor, casi todas las marcas que tienen plataformas Smart TV propias integran esa funcionalidad de forma completa en otros equipos que colocamos al lado del televisor, como centros multimedia o reproductores de salón como los Blu-Ray. Bastará pues con hacerse con uno y vía HDMI, convertir un televisor no Smart TV en uno conectado.
La otra manera de hacerlo es recurrir a pequeños dispositivos que algunas marcas ya tienen a la venta para llevar todo el ecosistema de sus Smart TVs avanzados a modelos que no lo incluyen de serie.
Y en tercer lugar existe la posibilidad de convertir un televisor cualquiera en uno conectado sin pasar exclusivamente por las soluciones de las marcas televisivas. Si queremos algo diferente podemos optar por alguno de los streamers de contenido que hacen algo más que reproducir contenido
Fuente: Xataka